sábado, 24 de septiembre de 2011

Fallo polémico: una mujer podrá gestar embriones contra la voluntad de su ex pareja

Por Estela Díaz 

La Justicia autorizó a una mujer a usar embriones congelados para volver a ser madre, a pesar de la negación de su ex marido y de la oposición del instituto que los conserva, ya que éste necesita la autorización de ambos. Actualmente, nuestro país no cuenta con una legislación específica sobre la reproducción asistida. Llaman la atención los argumentos de la Cámara que fallo contra la voluntad del ex marido, donde alegan: "proteger los embriones al otorgarles el status de persona por nacer; y considerar que el hombre aceptó la paternidad biológica desde el momento en que accedió al tratamiento de fertilización asistida".

En RIMA, la Red Informativa de Mujeres de la Argentina, se suscitaron debates y comentarios sobre el caso, que se toca con otros debates como son la legalización del aborto y la muerte digna. Un fallo sumamente polémico, sobre el que compartimos una interesante reflexión de la psicoanalista Martha Rosemberg, del Foro por los Derechos Reproductivos:

“Opino que se pueden congelar embriones pero no el deseo que les dio origen. No me parece ético que la mujer se apodere de embriones creados en un vínculo que ahora tiene otro carácter sin el consentimiento del varón involucrado. No es un dador anónimo: es el hombre del que se divorció con el que compartió un proyecto que ya no tiene vigencia a menos que él dé su consentimiento, le done su parte del embrión para que ella realice su proyecto de maternidad fuera del vínculo con él. Me parece un desatino dar a los embriones el carácter de "persona por nacer". Son tejidos congelados que pueden tener otros destinos, no tienen ninguna de las características que requiere ser persona, que no es un embrión in útero. ¡Mucho menos in vitro! El hombre aceptó la paternidad con su pareja, no la paternidad biológica. Tuvieron un hijo, les sobró un embrión, pero le falta vínculo de deseo con la mujer. No donó a un banco de semen, lo hizo con ella, y ya no. Creo que hay que recuperar cierta integridad corporal de la fragmentación que opera la tecnología científica sobre nuestros cuerpos”.

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